martes, 15 de junio de 2010

De la infancia a la adolescencia

Muchas veces me he parado a pensar en lo bien que se vive teniendo tres o cuatro años. No tienes ninguna preocupación en la cabeza salvo esperar que tus juguetes sigan donde tu los dejaste, no tienes ninguna responsabilidad ni nadie a tu cargo, más bien, tienen que estar pendiente de ti.

Ahora que soy un adolescente, me pregunto: ¿En qué pensará un niño pequeño? Desde que tengo consciencia de lo que hago y pienso, actuo en consecuencia de mis actos, dándole demasiadas vueltas a las cosas, lo que a veces me ha llevado a arrepentirme de cosas que nunca he realizado. Es inevitable no envidiar a un niño pequeño en algunos casos. Ellos simplemente se dedican a jugar y a dormir, su única función es hacer feliz a sus padres y aprender los conceptos básicos que se aprenden de pequeño como la educación, que más adelante será uno de los aspectos por los que más nos juzguen en la vida adulta.

¿En qué se basa una buena infancia? Pues yo creo que en vivir como lo que eres, un niño sin ninguna preocupación ni responsabilidad. Divertirte todo lo que puedas, Carpe Diem y pasarlo lo mejor que puedas en cualquier momento porque una vez crezcas tu visión de la vida, si algún día la llegas a desarrollar, cambiará totalmente casi siempre a peor.


Una vez llegas a la adolescencia, ya te has forjado una identidad propia, que nadie, absolutamente nadie tiene derecho a cambiar. La época de jugar las 24h del día y pasarlo bien a todas horas ya queda muy lejos. Como dice el tópico, te encuentras en la "edad del pavo" en la que experimentas cambios de todo tipo y te desarrollas completamente como persona. Es cierto que sufres cambios, algunos a mejor y otros a peor pero los debes aceptar y aprender a convivir con ellos.
Según me dice mi experiencia, esta es una época que debes aprovechar al máximo y no dejar que nadie te la amargue ya que solo se vive una vez y te marcará para toda tu vida, tanto física como mentalmente.
A nivel personal yo mismo he notado como mi mentalidad ha ido cambiando. No sé si ha sido a mejor, pero lo que sí sé es que me ha ayudado a desarrollarme como persona y a valorarme como lo que soy, un chico joven con toda una vida por delante llena de oportunidades.
En este gran salto hacia la vida adulta, sufres un periodo en el que maduras. Antes de llegar a la adolescencia puedes notar como tomas muchas de tus decisiones sin pensar siquiera en sus consecuencias. Una vez has llegado a la adolescencia todo cambia. Como he dicho antes, le das muchas más vueltas a las cosas y eso no siempre es bueno. Este es uno de los aspectos que me gustaría recuperar de la infancia, la inconsciencia al actuar.

En esta época, empiezas a forjar tus ideales y gustos; políticos, futbolísticos, sociales... todos. En esto, mucha gente opina que estás totalmente influido por la gente que te rodea, y en cierto modo tienen razón pero la culpa de eso la tiene la gente que te rodea.
Un ejemplo claro es el tabaco. Si uno de tu grupo de amigos fuma, es inevitable para alguno más que caiga en ese vicio lleno de humo negro que lo único que hace es nublarte la vista. A partir de ahí todo empieza a ir peor. Con esto, quiero decir que tienes que formarte tú mismo y no que los demás te formen a ti.
Se puede resumir este último párrafo en una palabra: Personalidad.
Pensaremos; ¿Qué es la personalidad? Para mi la personalidad es tu forma de ser y de actuar, tu carácter y el conjunto de todos tus ideales.
La personalidad es algo que se forma a la temprana edad de 14 o 15 años. Es posible que a esa edad no estemos preparados para dar el paso de formar nuestra identidad pero si no lo hacemos pronto, alguien lo hará por nosotros. También es cierto como he dicho antes que somo seres altamente influibles pero 
eso se puede corregir con el paso del tiempo. Es posible que en un principio te hayan dicho que tal ideología es la mejor o que esta es la mejor forma de pensar pero con el paso del tiempo uno se dará cuenta de sus propios errores y de si es capaz de corregirlos a tiempo antes de que te conviertan en la marioneta de alguien.


Hasta aquí puedo contar. Todavía no he acabado de formarme como persona, y lo sé, pero lo acepto. Me queda un largo camino hasta que sea considerado como un adulto pero estoy dispuesto a esperar. Tiempo no me falta y ganas tampoco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario